Esteban Ramírez, jurado del shnit: Busco lo que me emocione

Esteban Ramírez habla rápido y en el choque de sus palabras hay cierta electricidad. Por momentos se detiene unos segundos: por el rabillo del ojo mira la pantalla en diagonal suya. En ella se proyectan trozos de su nueva película mientras su editora trabaja en el montaje. “Quite los créditos, esa toma no va”, le dice, luego se voltea y continúa con la entrevista.

Junto a Antonella Sudasassi y Walter Campos, Esteban conforma el jurado de la competencia MADE IN COSTA RICA del Festival shnit San José 2019. “Lo que yo voy a valorar es que sea un trabajo que requirió una búsqueda de excelencia, como tiene que ser, más allá de que sea narrativo o no.”

Esteban Ramírez es uno de los directores más consolidados de la escena costarricense: cuenta con una carrera que se extiende por más de veinte años. Bajo su nombre tiene tres títulos que despertaron el interés del público: Caribe, laureado internacionalmente(2004); Gestación, por cinco años la película tica más taquillera (2009); y Presos, la primera producción nacional en llegar a Netflix (2015).

¿Cómo se asume ser jurado? Imagino que hay algún tipo de desdoblamiento.
Yo también soy espectador, entonces busco lo que me emocione, lo que me haga olvidar que estoy viendo un cortometraje. Eso es de las cosas más difíciles: la invisibilidad del arte. Por lo menos encontrar momentos donde se me olvide que estoy viendo una película; eso es algo que me parece meritorio.

Me parece que usted se encuentra en una posición interesante: es un referente pero al mismo tiempo es coetáneo con las nuevas voces del cine, entonces tiene ese factor de retroalimentación.
Totalmente. A ver, todos los trabajos son importantes porque yo también puedo aprender o puedo sacar algo del corto; ya sea un nuevo actor, un nuevo fotógrafo, un nuevo editor, inclusive, por qué no, esto es algo que me gustaría más adelante: producirle una película a alguien que me parece que tiene talento y de repente tiene algo que decir y yo pueda producirla con él usando mi experiencia y podamos ser yunta. También es una posibilidad. Con ese ánimo voy a ver siempre lo que están sacando.


Uno de los seleccionados al MADE IN COSTA RICA dijo que le gusta el shnit porque le parece una suerte de resumen de la energía de un año. ¿Considera que el shnit va a ser esta especie de espejo del momento muy actual en el que vivimos?
Yo creo que sí, me parece buenísimo. Me parece que tiene que ser un referente de lo mejor que se ha hecho a nivel de cortometrajes en Costa Rica. Entonces también es ver tendencias, ver qué se está haciendo. En ese sentido también es emocionante ver qué hay.

¿Qué le gusta del cortometraje?
El cortometraje, normalmente, como no hay tanto tiempo para hacer sentir al espectador, me gusta que tenga un cierre sorprendente, que sea una cosa que te sorprenda. Normalmente el cortometraje requiere eso. En un largometraje el final no tiene que ser necesariamente tan sorprendente porque ya te hizo sentir un montón de emociones, ya te identificaste con los personajes.

Julio Cortázar utilizó una analogía con el boxeo para describir la diferencia entre el cuento y la novela: él decía que la novela gana por puntos mientras que el cuento debe ganar por nocaut. ¿Aplica para los largometrajes y cortometrajes?
Exacto, es bonita esa referencia porque tiene que haber un nocaut al final. No es una regla, pero funciona.

¿Por qué es necesario fomentar el corto no solo como una manera formal de hacer cine sino también como una forma de consumirlo?
El corto siempre ha tenido esa dificultad de la distribución. Sería bueno ver cómo los cortos del shnit pasan a algun modo de distribución. Creo que es un paso que hay que dar. No sé si por Canal Trece (SINART) o una plataforma de streaming, hay que ver. Pero ese es el problema: no se pueden poner en un cine porque difícilmente alguien vaya a pagar por solo un corto. Pero más allá de eso es fundamental para el que quiere pasar al largometraje. Inclusive hay algo muy interesante que han hecho varias directoras como Antonella Sudasassi: ella hizo un corto que fue antesala de su largometraje, y eso le sirvió para encontrar el tono, para encontrar la actriz. También lo hizo Sofía Quirós con Selva, entonces eso es también otro camino muy interesante porque funciona y a las dos les ha ido súper bien.

Es una pregunta un poco a lo qué vino primero, el huevo o la gallina: ¿La gente ve pocos cortometrajes porque hay pocos espacios que los proyecten, o hay pocos espacios que los proyecten porque la gente ve pocos cortometrajes? Creo que las dos. También creo que no han habido tantos que aguanten distribución, creo que también debería haber más cortometrajes narrativos porque eso es lo que el gran público ve. El público que va a la sala del shnit es más cinéfilo, entonces creo que también faltan más cortos narrativos para que tengan más posibilidades de distribución.

¿Qué le ha parecido la evolución del Festival en los últimos nueve años?
El shnit me parece genial porque le está dando un realce al cortometraje. Me parece que está buenísimo. Lo que da esa pantalla grande del Cine Magaly al poner el corto a prueba con un público es una experiencia fundamental. Podés adquirir tus entradas al Festival en línea en boleteria.delefoco.com o en la boleteria deleFOCO en el Cine magaly a partir de las 2:00p.m.

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