Una pared, un escritorio, una silla, un póster, unas cortinas… Todos elementos comunes que por sí solos no denotan más que objetos en un espacio. No obstante, al unirlos y fusionarlos en una misma habitación se pueden transformar en un restaurante francés, una oficina, un museo o más.
Las posibilidades de crear emociones con objetos inanimados son infinitas, pero no cualquiera posee la habilidad de otorgarle una esencia a un medio físico. Locaciones, accesorios, productos y en algunos casos vestuarios, son elementos con los que trabajan los directores de arte para otorgarle esa estética y armonía a un escenario en cualquier proyecto audiovisual o cinematográfico.
“Es el departamento encargado, no solamente en la parte estética, de cómo se va a ver la película, sino de construir y hacer materia los sueños del director”, menciona Carolina Lett, directora de arte en películas nacionales como Entonces Nosotros, Presos, Medea y su pieza más reciente, Ceniza Negra.

Carolina Lett (centro) arreglando el set de la película ‘Presos’.
Otorgarle un alma a un espacio no se basa únicamente en tener un buen gusto o saber decorar, influyen varios factores a la hora de realizar las propuestas a los productores, directores y agencias, en el caso publicitario.
“No es decorar, es plasmar con elementos escenográficos y de vestuario un ambiente que te ayude a vender la idea”, indica Carlos Amador, director de arte independiente con experiencia en proyectos comerciales para el Banco Nacional, Kolbi, Bacardí entre otros más.
La gama de colores, el presupuesto, el equipo de trabajo o el producto a vender cambian drásticamente las perspectivas de los directores de arte para crear su propuesta. Todos los proyectos son distintos, y es esa singularidad la que permite al proceso creativo adaptarse a las necesidades del proyecto.
La ruta hacia la dirección de arte no está escrita en piedra. En el caso de Elizabeth White, no sucedió inmediatamente: fue un camino que ha durado quince años y que en el medio requirió varias paradas como diseñadora gráfica, modelo, vestuarista, asistente, hasta llegar por fin a la dirección de arte. White se desempeña principalmente en el área publicitaria y ha trabajado para clientes como Ron Flor de Caña y cervezas Pilsener.

Comercial para Pilsener en el que White fungió como directora de arte.
“Estos departamentos son oficios, entonces por ahí que inventan una carrera de diseño de producción o dirección de arte, pero en realidad esto se aprende haciendo”, comentó Lett.
Lett empezó su viaje desde el teatro y la arquitectura. “Quería construir emociones o sensaciones o experiencias que no fuera desde casas y bueno, todo esto me llevó a la dirección de arte”, menciona.
La capacidad de trabajar en equipo, la organización, la actitud, facilidad de reacción, la disposición para aprender y trabajar son aspectos claves dentro de la dirección de arte. Si bien el trayecto a él puede variar, la convergencia se encuentra en tales habilidades.
Las responsabilidades del departamento de arte varían dependiendo de la producción que se esté realizando. En el ámbito publicitario y comercial, White comenta que la propuesta depende de la marca y del producto que se quiera vender. “No podemos alejarnos, por más ideas creativas que tengamos, de qué estamos haciendo, para quién, a quién va dirigido; y eso es parte también muy importante de entender la publicidad”, recalca. La propuesta final es la que el cliente apruebe.
Dentro del cine, se busca encontrar la estética dependiendo del guión y de la visión del director. “(En) esas conversaciones, leyendo el guión, haciendo muchísimos ejercicios conceptuales es donde se va descubriendo el alma, el color y la estética de la película”, menciona Lett. “Yo siempre leo el guión y voy poniendo música que me genere, que me estimule. Yo recuerdo que para la de Hernán Jiménez yo puse una música medio hawaiana, algo que había encontrado que dije como ‘sí, este es el mood de Entonces Nosotros’.
La búsqueda de locaciones, reuniones con directores, productores y agencias, producción de props y demás se incluyen dentro de la fase de preproducción, la etapa angular del proceso. Allí es donde se construye el mundo deseado para contar la historia, por lo que la comunicación dentro de todos los departamentos es de suma importancia para llegar a ese punto en común.
“La dirección de arte tiene mucho que ver con gusto, pero es más con comunicación; qué es lo que querés comunicar que ayude a la idea del comercial”, dice Amador.

Comercial para Movistar en el que Carlos Amador se encargó de la dirección de arte.
No obstante, no todo lo que se propone puede ser realizable. En esta parte es donde el presupuesto juega un rol importante pero no determinante. La optimización de los fondos es clave para que el director de arte pueda crear con la menor cantidad de dinero la mayor cantidad de recursos. “Esa es otra cosa que he aprendido con el tiempo, no siempre lo caro se ve bonito”, menciona Amador.
Sea cual sea el presupuesto, el director de arte siempre va a encontrar la manera de solucionar y expresar la estética del proyecto de la mejor forma posible. Por lo que otra cualidad es el poder encontrar una solución a cada problema o situación que se presenten durante la producción de cualquier pieza audiovisual.
“En la vida real vos deberías de estar preparada por si algo no le gusta al director poder cambiarlo inmediatamente”, comenta Lett. “(Hay que) tener la madurez para aceptar que a veces te rechazan cosas, al final el comercial es del cliente”, indica Amador.
A la hora de plasmar la propuesta al frente de la cámara se encuentra la parte complicada, debido a que no todas las propuestas pueden ser realizables. “Muchas veces hay que sacrificar muchas cosas creativas en función de un producto o de algo que querés vender”, indica White.
El tiempo de producción de una campaña publicitaria suele ser más rápida y concisa que la de una película. Dentro de lo comercial, el proceso de preproducción puede durar de dos semanas a 10 días; pero en casos de emergencia se puede realizar hasta en 3 días.

Elizabeth White (izquierda) retocando el set del comercial del Festival Global de Cortometrajes shnit 2019.
En el área cinematográfica, para realizar un buen trabajo es necesario contemplar, por lo menos, 3 meses para la preproducción, comenta Lett. No obstante, el tiempo promedio es de un mes a mes y medio, aunque dependiendo de la situación ha llegado a realizarse en 15 días.
Dentro del cine, por temas de recursos, no siempre se paga la preproducción.“Me la han pagado como una vez, y eso es súper importante porque me ha pasado que me llaman para una película y no es como que puedo abandonar mi vida de trabajo por un mes, dos meses y dedicarme a la película”, indica Lett.
Cada proyecto es diferente, por lo que el presupuesto no siempre va a ser igual o similar a trabajos anteriores. “Se hace la película con el dinero que haya, lo importante es que valores los honorarios de las personas involucradas en el departamento de arte”, comenta Lett.
En producciones comerciales nacionales, se encuentran presupuestos de 500 dólares hasta 2. 500, dependiendo del proyecto. Sin embargo, en producciones internacionales puede variar hasta 18. 000 dólares, solamente para el departamento de arte, sin contar vestuario, comenta Amador. Todo depende del cliente, el producto, de la marca y del público meta, no hay un ideal.
“Medea (película nacional), por ejemplo, se hizo con 600 dólares, y fue súper exitosa; entonces no se puede medir la cantidad de dinero que tendrás con el éxito de una película. También he tenido películas donde he tenido mucho más presupuesto, pero no se le ha dado la importancia a los mundos construidos desde el arte porque luego eran planos súper cerrados y después era un desperdicio de dinero. Si hubiera existido comunicación entre el director, el DP (director de producción) y el director de arte no gastamos 200 mil colones ambientando todo eso sino solo esta esquinita”, menciona Lett.
Cuando todos los elementos establecidos se encuentran listos, toca la fase de filmación. El director de arte debe colaborar para que en cada encuadre los componentes se encuentren nivelados y que el cuadro cumpla su función comunicativa.
“No todos los comerciales hay que tener buen gusto, no todos los comerciales son de tener la sala bonita. Hay comerciales de terror y todo tenía que estar hecho mierda”, comenta Amador
Las producciones nacionales cuentan con equipos de trabajos pequeños. Dentro del departamento de arte, dependiendo de la pieza, puede contar con 3 o 4 personas, por lo que el recargo de tareas y responsabilidades es mayor. “Imagínate que (una vez) hasta me desmaye del estrés”, menciona Amador.
Independientemente del equipo de trabajo, la responsabilidad de representar el mundo visual recae sobre los directores de arte. Pese que su trabajo entra por el ojo, muchas veces se ve invisibilizado dentro y fuera de la comunidad cinematográfica.
“Los directores de arte generalmente son los que ganan menos, son poco valorados, una vez que se termine de filmar la película, no le importan un carajo”, menciona Lett.
Mientras tanto, siempre habrá una pared, un escritorio, una silla, un poster y un director de arte que les de vida.