En conmemoración del pasado Día del Amor y la Amistad, resulta oportuno dedicar algunas palabras a las propuestas cinematográficas que han abordado esta temática tan acuciante y perturbadora a lo largo de la historia humana. Bajo la categoría de "romance", se encuentran múltiples y variadas interpretaciones sobre el amor y la amistad, reflejando la complejidad inherente a estos fenómenos que generan un profundo impacto en nuestras vidas.
En este ensayo, nos enfocaremos en aquellas manifestaciones del amor que podríamos calificar como "impensadas" y "disruptivas". ¿Qué entendemos por "impensado"? Aquello que acontece sin haberlo previsto, algo que nos resulta extremadamente imposible de situar en nuestro contexto inmediato. En este sentido, lo impensado guarda una cercanía con la desesperanza, entendida como una ausencia de posibilidad. El mundo, en cierto punto de la vida adulta, se traza como una aceptación de lo que somos, sin apertura ni cambio. Una idea, quizás, un tanto pesimista, pero que parece estar bien representada en las películas que abordaremos.
Por otro lado, la "disruptividad" tiene que ver con la idea de que algo deja de ser lo que fue, existe un antes y un después tan evidente que salta a la vista. Lo cerrado se torna abierto. Aquello que se había configurado y resguardado durante décadas, de pronto gira y provoca una revolución inesperada y agrietadora que nos lanza un reclamo de nuevo a la vida.
La primera película que quisiera analizar es "Contra la pared" (2004) del director turco-alemán Fatih Akın. En ella, Cahit Tomruk, un cuarentón alemán de ascendencia turca, sumido en la depresión por la muerte de su esposa, decide estrellarse con su automóvil contra una pared en un intento de suicidio fallido. Es entonces cuando conoce a Sibel, quien también busca huir de su hogar por problemas psicológicos. Por alguna misteriosa razón, Sibel recurre a Cahit para que se casen y así poder dejar su hogar. Sin entrar en detalles para evitar el spoiler, Cahit y Sibel se enamoran profundamente, cambiando sus vidas de manera impensada y disruptiva.
La segunda película es "Fallen Leaves" (2023) del finlandés Aki Kaurismäki. Ansa, una mujer soltera que trabaja en un supermercado, se encuentra accidentalmente con Holappa, un trabajador solitario y alcohólico. Contra todo pronóstico y malentendidos, intentan construir una relación. Como resultado, Holappa logra controlar su adicción al alcohol. En esta cinta de matices melancólicos y personajes solitarios, observamos el surgimiento de un amor que irrumpe en la cotidianidad rutinaria y aplastante, cambiando de forma radical y dramática la vida de estos personajes.
Estas películas nos invitan a reflexionar sobre la capacidad del amor para irrumpir en nuestras vidas de manera impensada y disruptiva. Nos recuerdan que, aun en los momentos más oscuros y desesperanzados, existe la posibilidad de que algo inesperado e imprevisto nos convoque de nuevo a abrirnos a la vida, a respirar posibilidad y salir del cabizbajo mundo inexorable.
No se trata aquí de soñar con un amor que nos ha de salvar y permanecer juntos toda la vida, sino más bien de poner en evidencia la necesidad de la apertura y el contacto. El amor impensado y disruptivo nos recuerda que la existencia humana es dinámica y cambiante, y que incluso en los momentos más sombríos, podemos encontrar una grieta por la cual se filtre la luz de una nueva oportunidad.
Estas obras cinematográficas nos invitan a cuestionar nuestras concepciones preconcebidas sobre el amor y a estar abiertos a las sorpresas que la vida nos depara. Nos recuerdan que el amor no siempre se presenta de la manera esperada o deseada, sino que puede irrumpir de forma inesperada y transformadora, desafiando nuestras nociones de lo posible y lo imposible.
Asimismo, estas películas nos llevan a reflexionar sobre la importancia de la vulnerabilidad y la entrega en las relaciones interpersonales profundas. Los personajes se encuentran en situaciones de desesperanza y soledad, pero al abrirse a la posibilidad del amor, experimentan una transformación radical. Nos enseñan que, para vivir plenamente el amor, debemos estar dispuestos a arriesgarnos y a dejarnos llevar por lo inesperado, permitiendo que lo disruptivo ingrese en nuestras vidas y las sacuda hasta sus cimientos.
En conclusión, las propuestas cinematográficas que abordan el amor impensado y disruptivo nos invitan a cuestionar nuestras concepciones preconcebidas sobre las relaciones interpersonales y a estar abiertos a las sorpresas que la vida nos depara. Nos recuerdan la importancia de la vulnerabilidad y la entrega, y nos alientan a permitir que lo inesperado ingrese en nuestras vidas y las transforme de manera radical y transformadora.