Antonella Sudasassi: ‘El festival es una forma de disfrutar diversidad de historias’
La directora Antonella Sudasassi forma parte del jurado de la competencia nacional de cortometrajes MADE IN COSTA RICA del Festival shnit 2019.
Antonella es una cineasta que cursó la Licenciatura en Comunicación con énfasis en Producción Audiovisual de la Universidad de Costa Rica. En 2015 comezó a trabajar el proyecto transmedia El despertar de las hormigas, que pone su centro en personajes femeninos y en cómo entienden su sexualidad en las diferentes etapas de sus vidas.
En 2016 estrenó el corto del proyecto,La niñez, que tras la participación en festivales internacionales obtuvo el premio a Mejor Cortometraje Centroamericano del Festival Ícaro de Cine Centroamericano y fue adquirido por televisoras de Centroamérica, Antillas y Estados Unidos. En 2019 estrenó en la sección Forum de la Berlinale su ópera prima de ficción, El despertar de las hormigas. El filme ganó a Mejor Película Nacional en el Costa Rica Festival Internacional de Cine 2019 y el Gran Premio del Jurado de la Categoría Iberoamericana en el Seattle International Film Festival, uno de los festivales más importantes de Estados Unidos. Actualmente desarrolla el documental La adultez, inmerso en este mismo proyecto.
Al conversar con ella, nos contó acerca de muchos detalles que tiene la industria del cine, de su pasión y, por supuesto, su percepción del Festival shnit como jurado y espectadora. A continuación un recuento de esa conversación.
¿De donde nace el amor por lo audiovisual?
Yo siempre tuve una disposición y me encantaba lo que era el arte, pintaba, dibujaba, escribía, entre otras cosas, pero como que no sabía a qué me quería dedicar. Al final terminé entrando en comunicación porque era una carrera que me permitía elegir entre distintas ramas y creo que tenía mucha facilidad para la comunicación. Entrando en la universidad me encontré con el cine, con un grupo de amigos formamos un colectivo y empezamos a hacer cortometrajes fuera de las clases, fue ahí donde descubrí que quería escribir y dirigir.
Desde su perspectiva, ¿cómo es el mundo audiovisual fuera de Costa Rica?
Yo tuve un acercamiento con el mundo documental, porque estuve trabajando con una organización que desarrolla un Master School para documentalistas europeos, entonces todo mi contacto fue en el ambiente del documental, con productoras de cine que crean diversos contenidos. Me enseñaron el enfoque de cómo presentar un proyecto, cómo hacer el pitch, como trabajar con commissioning editorsy con una industria más internacionalizada.
¿Qué es lo que le gusta del cortometraje?
El cortometraje es un formato demasiado retador de contar historias. Porque realmente es muy complejo y muy difícil lograr transmitir todo lo que se quiere en tan poco tiempo. Requiere una gran capacidad de síntesis, de desarrollo visual, estilístico fuerte, para generar historias de impacto. Es un formato muy rico que tiene mucha sustancia en sí misma.
¿Considera que el cortometraje es un salto al largometraje?
No, no es un brinco al largometraje, es más bien un formato en sí mismo que mucha gente usa como una antesala al largometraje. En sí es un formato independiente, que tiene sus retos, al igual que lo tiene el largometraje, pero son retos distintos, como la capacidad de explorar tu estética, tu aproximación a la historia y los personajes, en un formato bastante reducido, que requiere tener muy claro lo que se quiere contar.
¿A qué se puede deber el crecimiento de las producciones en el país?
El hecho de que se esté produciendo más es un reflejo de las ganas de hacer y de la apertura a nuevos formatos y a nuevas tecnologías, ya que es mucho más accesible hacerlo ahora. Antes pensábamos en hacer cine y era una locura, era carísimo y ahora todos tenemos un celular, es más sencillo tener una cámara de alta calidad. El problema es la profesionalización, que es un tema que está en pañales, ya que todavía hay un proceso de generar industria que es muy incipiente y que apenas está empezando. Hemos tenido la suerte de tener buenas producciones que han hecho ruido afuera, sin embargo, no existe realmente una industria que dé continuidad a que uno pueda vivir de esto, depende demasiado de las ganas, de la pasión, del esfuerzo, pero no de un trabajo remunerado.
Como parte del jurado, ¿qué espera del Festival shnit?
Me emociona muchísimo ser jurado de este año para ver que se está haciendo en Costa Rica y descubrir nuevos y nuevas realizadoras que están produciendo, que están inventando historias. La verdad que me emociona mucho.
Como una espectadora, ¿qué espera ver en el Festival shnit?
Ver muchas historias diversas de muchas personas, que no me cuenten lo mismo, que me sorprendan, que me emocionen, que me inviten a seguir a los creadores de estas historias para ver qué más pueden contar, yo creo que el formato del cortometraje, especialmente, se presta para conmover, me quiero emocionar.
¿Qué les diría a esas personas que están indecisas de ir al Festival shnit?
“El shnit es una oportunidad inmensa en este momento, ya que es una ventana a lo que estamos haciendo cineastas nuevos y viejos. Es una oportunidad para conocer muchas historias, para conocer muchos estilos y para dejarse sorprender. Los invito a ir, aprovechar y a disfrutar de esa diversidad de historias, estilos y formatos”.