Me encuentro ante un desafío que solo me ha producido alegría. Por primera vez entrevisto a cinco productoras audiovisuales al mismo tiempo, y por primera vez la entrevista es sobre un tema que no imaginé ver relacionado con el cine, pero que
en la historia cinematográfica de este país ha de tener un lugar de profundo reconocimiento.
Estas cinco productoras audiovisuales son, también y sobre todo,
cinco productoras de café, y el proyecto que por fin, luego de una larga espera impuesta por la pandemia, han estrenado a nivel nacional con tres días de exhibición y actividades para honrar su esfuerzo, es el
cortometraje documental Más que un café, producido por Needle + Frame con el apoyo de Bean Voyage. Por medio de breves segmentos,
escritos y producidos por cada una de ellas, las admirables caficultoras comparten la esencia de quiénes son, el por qué de sus esfuerzos, sus desafíos, triunfos y esperanzas, lo que le da al proceso de producción detrás de cada taza una dimensión humana.
Las protagonistas de esta empresa artística son
Ericka Mora; de Café E&F;
Margoth Rivera, de Café Aromas de la Legua;
Tatiana Vargas, de Legados Café Artesanal; y las hermanas
Arleen y María Jiménez, del Micro Beneficio La Angostura.
Arleen Jiménez, autora del segmento ‘Yo soy cafetalera’.
Tatiana Vargas, autora del segmento ‘Cosechando sueños’.
Ericka Mora, autora del segmento ‘Renaciendo del café’.
María Jiménez, autora del segmento ‘El despegue’.
Margoth Rivera, autora del segmento ‘La niña del vestido amarillo’.
Al conversar con ellas, y me cuentan, con el rigor y la amabilidad de quienes se han acostumbrado a trabajar con esmero y entrega durante toda su vida, me convenzo de que
estoy ante un proyecto único, tan único como sus realizadoras, y cada respuesta a mis preguntas no hizo sino aumentar mi admiración por ellas, sus trabajos y, sobre todo, sus historias.
La producción de café y la producción audiovisual no suelen ir asociados, ¿qué les llamó la atención o qué las inspiró a desarrollar un cortometraje sobre sus profesiones?
Margoth: Esa pregunta es muy importante. De hecho, no imaginaba relacionar tanto el café con un cortometraje o documental como este. Creo que, en el camino, como solemos decir, el café es una magia, o es el encadenamiento de muchas cosas, y en este momento, con lo que es Más que un café, relacionar el café con un cortometraje fue para nosotras algo muy innovador, porque damos a conocer el producto, pero también las historias detrás de una cosecha de producción de café. Es algo que ha llamado la atención y que a nivel de nosotras, nuestras comunidades e incluso de Costa Rica nos hemos dado a conocer con este cortometraje, así que me parece una oportunidad y puertas abiertas no solo para nosotras, sino para las demás productoras.
Tatiana: Yo diría que aquí en Costa Rica tenemos toda una cultura cafetalera, y es una cultura muy sociable en el sentido de que, cuando te sentás a tomar café con alguien, siempre hay una historia de por medio. Creo que ahí empieza un poco la conexión, de ver el café más como algo que me permite conectarme con otras personas. En mi caso particular significa muchísimo, porque desde que era muy pequeña me acostumbré a que siempre que había visitas, había tazas de café, y en aquel momento mi papá se sentaba a preguntar cosas, a contar algo relacionado con su trabajo, sobre la familia, y siempre lo relaciono con eso, siempre hay un sentimiento detrás de cada taza, y como dijo Doña Margoth, va ligado a que los consumidores sepan sobre esto, sobre cómo se produce, quiénes lo hacen, quiénes son las familias detrás, cuáles son sus motivaciones y esfuerzos, toda esa pasión que existe detrás de la producción de café. Creo que al final el cortometraje o documental logra expresar todo eso de una manera muy auténtica y bonita, sobre todo a través de voces de mujeres, porque siento que la industria de café, siempre que ves algún video promocional, casi siempre suele mostrar a los hombres produciendo en sus fincas, pero tal vez no se ve qué estamos haciendo nosotras, así que creo que es una perspectiva diferente e innovadora.
Arleen: Desde pequeñas hemos estado relacionadas con el café, gracias a ello pudimos estudiar y sacar nuestras carreras, y creo que relacionarlo con el documental fue algo muy interesante porque fue una forma de llegar al público y que la gente conozca todo el proceso, todo lo que cuesta realmente llegar a una taza de café. Es un camino largo, lleno de muchas cosas, y a veces las personas que consumen no saben todo lo que conlleva, todos los sacrificios que realizan agricultores y cafetaleros.
María: Como dijo mi hermana, nosotras siempre hemos estado rodeadas de todo lo que está relacionado al café, no solo como beneficiadoras, sino también acompañando a mi papá en la finca, donde hacemos lo posible para apoyarlo. Cuando nos dieron la opción de hacer los cortometrajes, me pareció una idea muy bonita, ya que es una oportunidad para que otras personas conocieran nuestro trabajo; a veces cuesta mucho que sean las mujeres quienes llevan ese campo, porque no se ve mucho que estemos relacionadas con el área de la agricultura, y me pareció muy interesante porque así la gente nos conocía, conocía el proceso, que es difícil, lleva retos, y estoy muy feliz de que lo hayamos logrado y que ahora se esté presentando en muchos países, y ahora en Costa Rica.
Ericka: Lo que me inspiró a crear este cortometraje, es que vi la oportunidad de contar mi historia de cómo había logrado vencer un cáncer que transformó mi vida y la de mi familia; y cómo con el tiempo el café se convirtió en mi aliado para iniciar una nueva vida laboral, social y hasta económica.
Han enfatizado la importancia de saber contar historias. ¿Qué significa para ustedes contar una historia y específicamente su propia historia?
Margoth: En mi caso contar historias fue algo muy nuevo para mí, fue algo que surgió por medio de una invitación que nos hicieron. Al final, fue hasta el momento de ver el corto que pude conocer realmente parte de mi propia historia para poder llegar hasta donde estamos ahorita con lo que es el café. Antes solía ponerme muy triste al recordar mi historia, pero creo que todo sucede por un motivo, y al realizar mi cortometraje he podido conocer lo que he vivido para llegar hasta aquí, ver que hubo obstáculos, pero que al final, en este momento, me hace pensar en todo lo que viví, los momentos de alegría y tristeza, y ver que esas experiencias me han dado la oportunidad de poder contar la historia de mi vida en relación con el café, y me siento muy orgullosa de mí misma, lo he reconocido, porque soy miembro de una asociación de mujeres, y por eso me alegra saber que otras mujeres podrán verlo y saber que los obstáculos no deben frenarnos para llegar a lo que queremos.
Tatiana: A mí siempre me ha gustado escuchar historias, siempre me ha gustado escuchar a la gente. Creo que eso nos permite conocer, tener más empatía, y sobre todo aprender, creo que siempre podemos aprender de otras personas, incluso las historias de otras personas pueden inspirarnos. Después de la muerte de mi papá, le tomé un gusto mayor a contar historias, porque sentía que cada vez que hablaba de él era una manera de mantenerlo vivo, y me inspiré mucho en eso, creo que al menos en mi cortometraje trato de mantener vivo el legado de mi papá al compartirlo con otras personas. También me gusta mucho involucrar a mi mamá en todo este proceso, dar a conocer su trabajo. Básicamente es eso, que a partir de las historias podemos generar miles de sentimientos y podemos aprender unos de otros e inspirarnos mutuamente, y eso siempre tiene una magia que puede contribuir a mejorar nuestra sociedad.
Arleen: Al principio no sabíamos el significado de contar historias, no sabíamos que esto de hacer cortometrajes iba a ser así, pensamos que iban a venir y entrevistarnos, pero al final todo dio un giro por el hecho de la pandemia y nosotras mismas tuvimos que animarnos a contar nuestras historias. No sabía qué tanto abarcar, creo que una hora no alcanzaría para explicar el montón de cosas, toda la sensación que genera trabajar en caficultura, que era la parte que más deseaba rescatar, junto con mi familia y el beneficiado, y al final casi todo salió. Me interesaba plasmar estos sentimientos en las personas, que se dieran cuenta de la importancia de la agricultura, la caficultura, porque el café ha sido importante desde hace muchísimos años en Costa Rica, y aunque ya no sea la principal fuente de ingresos del país, para nosotros sigue siendo muy importante. En el caso de nosotras, le dimos un enfoque diferente, porque ya tenemos bastantes años de batallar con el beneficio, y a veces cuesta establecerse mucho en cuanto a las ventas del café, por eso también queremos presentar la parte difícil de un proceso que lleva sus complicaciones, y también dar un ejemplo a las personas jóvenes, nosotras sacamos nuestras carreras, pudimos estudiar, y eso no quiere decir que tener un beneficio no sea un trabajo digno, porque actualmente, a veces se cree o a las nuevas generaciones les enseñan a que estudien una carrera para que vayan a San José a buscar un trabajo y que sea su vida, pero eso no es así para todos; también en las zonas rurales podemos forjarnos un futuro. También quería agradecer a mi papá por todo lo que él nos ha enseñado, gracias a Dios él pudo ver los cortometrajes y para nosotras eso fue muy importante.
María: Bueno, en mi caso es muy parecido. Creo que contar historias, tal vez es fácil, pero que impacten no es tan fácil. El día que estuvimos en San José por la presentación del corto, muchas personas se acercaron para felicitarnos a todas las del equipo: Doña Margoth, Tati, Ericka y nosotras. Mucha gente lloró, yo lloré, y es muy bonito y satisfactorio saber que impactamos y motivamos a las personas para que estén en lo que realmente les gusta. Al igual que mi hermana, esto también fue parte de un sueño que no teníamos pensado, y soy muy feliz de que mi familia y mi papá pudieran ver lo que logramos, porque es gracias a ellos, en realidad.
Ericka: Es difícil contar su propia historia, porque no se trata de contar acontecimientos por contarlos. Uno debe saber muy bien qué es lo que quiere contar, cómo lo quiere contar, a quién se lo quiere contar y qué quiere causar en esa otra persona. Al contar mi historia sabía que estaba dejando entrar a muchas personas a la intimidad de mi vida y de mi hogar, sin embargo era más fuerte el deseo de transmitir un mensaje positivo, de lucha, de esperanza, de creer en uno mismo, de lograr metas, por eso decidí ser parte de este proyecto, con la ilusión de que alguien pueda verlo y pueda decir “yo también puedo cumplir mis sueños”.
Arleen y María, además del gran trabajo audiovisual, admiré la poesía con que comunicaron sus pensamientos. ¿Qué fuentes de inspiración las han enriquecido como productoras y artistas?
Arleen: Bueno, la parte del guión, por decirlo así, la hicimos juntas, porque somos muy apegadas. Yo tenía el mío más avanzado y después ayudé a María, y lo fuimos haciendo juntas. Mi inspiración más grande ha sido siempre mi familia.
María: Y, siendo sincera, hemos llorado mucho, hemos batallado mucho, ha habido decepciones y todo, porque realmente lo hicimos desde el corazón y con mucho amor, y me imagino que nunca aflojamos y siempre seguimos adelante gracias a eso. Porque vea, hay gente que dice: “¡Sí, voy a poner un beneficio!”, y yo, en mi mente, pienso: “Si a usted no le gusta lo que es el café y todo lo que lleva, no lo va a lograr, porque esto solo lo logra la gente que realmente ama el proceso de trabajar en un beneficio, porque no es fácil. Es un camino en el que siempre van a aparecer piedras y obstáculos, pero es amor y unión familiar lo que nos ha inspirado no solo a seguir aquí sino también a realizar el cortometraje.
Arleen: Nosotras le ponemos demasiado cariño a la parte del beneficiado, y queríamos expresar todo eso, porque se siente muy bonito cuando vemos los primeros granos secándose, y queríamos plasmar todas esas emociones en el corto, y que también se notara en la parte escrita.
Tatiana, me pareció muy hermoso el homenaje que hizo al legado de su padre, ¿cómo ve usted su propio legado?
Es interesante, porque mi marca de café se llama Legados, y va mucho en relación no solo con el legado de mi papá, sino también con el legado de mi mamá, y el legado que yo misma trato de dejar. Yo diría que a nivel de la finca, mi mayor legado es, sin duda, haber tratado de tecnificar un poco todo lo que fue la finca, abrir el micro beneficio, que si bien fue un sueño de mi papá, yo logré plasmarlo con mi esfuerzo y la ayuda de mi mamá, fue un gran aprendizaje y lo sigue siendo. Siento que de alguna manera también puedo inspirar a otras mujeres a que se puedan desarrollar en un campo tan difícil como lo es la caficultura o la agricultura en general, porque cuando empecé en esto recibía muchos comentarios machistas, gente que me dijo que no iba a lograr nada o no sabía nada sobre el café porque era una mujer y que más bien debería vender la finca, pero todo eso me motivó y dio más fuerza para poder lograr lo que hasta hoy he logrado junto a mi mamá. Así que creo que también es eso: Decir a las mujeres que siempre que se propongan lograr algo, y amen lo que hacen, lo van a poder lograr, a pesar de todos los obstáculos y voces negativas, entonces creo que ese es el mayor legado que podría dejar.
Cuando hice el corto, también parte de lo que quería lograr era dar una voz de esperanza o aliento para aquellas personas que han perdido a un ser querido, quienes hemos pasado por eso sabemos que no es fácil, y cada quien vive su duelo de forma diferente, entonces también quería dejar un poquito de mi huella en el corazón de otras personas, tratando de dejarles esa enseñanza que he aprendido a través de este proceso: Si logras compartir el legado de alguien, lo podés mantener vivo, lo podés inmortalizar, y eso me parece muy bonito. Mucha gente, con la proyección del corto y cuando escucha la historia, le encuentra el sentido y puede refugiarse en eso, tal y como yo hice al saber que puedo mantenerlo vivo y que otras personas también puedan conocer a esta persona a quien yo tanto amaba.
Margoth, al ver su segmento en el cortometraje, me impactó que muestra el poder de las palabras, tanto para dañar como para sanar. Su viñeta es sobre lo que usted le diría a su yo como una niña. ¿Qué respondería esa niña al ver a la adulta emprendedora y triunfante?
Aquel fue un momento muy triste, y pienso que en ese momento, al escuchar a esta mujer adulta motivándola, indicándole todo lo que puede venir si olvidamos esos malos recuerdos, la niña pensaría que no es verdad, me parece que todavía estaría desconfiando. Pero creo que al pasar toda la historia, al final se puede ver el logro del cambio que hubo durante toda la trayectoria, que no fue ni de un año ni de dos, sino de treinta o cuarenta años más. Como muestro en el cortometraje, mi mamá ha sido una mujer muy luchadora y desde pequeña me llevaba a recolectar café, y yo trabajaba con ella pero sin tener la mínima idea de que llegaría al día en el que estoy, porque esta es una zona rural, y aunque siempre hemos trabajado con café, y toda la vida es el producto que siempre nos ha dado de comer, yo no me visualizaba en este momento, y fue a través de todo este caminar que le escribo esta carta a la niña, y creo que esa niña se iría dando cuenta de todo el proceso para llegar a este momento, donde forma parte de una organización de mujeres, quienes junto con mi mamá, me motivan, y motivarían a esa niña a hacer cosas diferentes, aunque no haya podido llevar una carrera universitaria, porque para esa niña la misma comunidad fue su universidad donde aprendió a desarrollar muchas habilidades. Al final se ve también en la necesidad de desarrollar un proyecto en la comunidad donde pueda generar empleos, sobre todo para las mujeres, y dar el ejemplo especialmente a las personas jóvenes, como decía ahora Arleen, hay jóvenes que no ven el café como algo rentable, pero solo hay que saberlo trabajar, y hay que amar el café para hacerlo caminar. Creo que esa niña hoy se está viendo realizada, también con todo esto del cortometraje; son cosas que, como decíamos, no fue nada fácil, pero esa niña dijo: “Sí, yo puedo y yo quiero aprender”. Y para mí, en este momento, soy mi propio ejemplo a seguir y me siento muy orgullosa.
Ericka, su cortometraje, Renaciendo del Café, destaca la importancia de contar historias para superar los retos y adversidades, ¿Considera que debemos contar una gran historia de nuestra vida o es algo que debemos contarnos día a día?
En lo simple, en lo natural, en lo cotidiano podemos encontrar grandes lecciones de vida. No se requiere tener una gran historia o ser famoso para dar una palabra o mensaje de esperanza a otra persona. El contar nuestras historias crea empatía con aquella persona que tal vez está en una situación similar e igual nos ayuda a sanar heridas o a superar situaciones que marcan nuestra vida. En mi caso el contar mi historia me ha servido para poder aceptar y amar mi propia historia y poder salir adelante.
Me llena de admiración su valentía y resiliencia como mujeres caficultoras y empresarias. ¿Hay algo en particular que ustedes quisieran señalar con este cortometraje sobre los desafíos, sacrificios y logros que viven las mujeres emprendedoras en nuestra sociedad?
Margoth: Creo que a raíz del cortometraje se trata, sobre todo, de que seamos ejemplo para las mujeres emprendedoras, porque sabemos que no es fácil serlo; sabemos que a veces dudan de nuestras capacidades, pero algo muy importante es la formación, a través de nuestras historias, espero que puedan ver cómo es necesario capacitarse para trabajar en café, pero para cualquier otro emprendimiento es importante. Espero que podamos motivarlas a seguir adelante, buscar información, que sepan que sí tenemos la capacidad para lograr lo que queremos, nada más debemos proponerlo y rodearnos de personas que crean en nosotras para poder lograrlo.
Tatiana: Yo creo que el documental nos hace visibilizar un poco el rol que nosotras tenemos como mujeres y emprendedoras, y se trata un poco de empatizar, porque curiosamente, a veces he escuchado comentarios incluso de otras mujeres diciendo que nosotras no tenemos retos, que tenemos ya una igualdad total de condiciones con los hombres y que el machismo ya no existe, y creo que de ahí surge la importancia de contar nuestras historias, porque todas vivimos situaciones distintas desde donde vive, su historia familiar, su vida en general, y todo eso nos abre un poco los ojos. Hay mujeres, y personas en general, en áreas rurales donde sienten que deben afrontar el desafío de demostrar su capacidad con tal de sentirse dignas, y me parece muy importante visibilizar esto. Sin duda, muchas personas podrán inspirarse y motivarse a partir de esto, no necesariamente solo mujeres o solo personas relacionadas al área de la caficultura, pero sí pueden hacer un insight sobre todos sus retos, dificultades, tal vez no sepan cómo salir, pero creo que dejamos muy claro con el documental que cuando realmente amamos lo que hacemos, somos capaces de tener esa resiliencia, y aunque tome mucho tiempo, si vamos con paciencia, a la larga vamos a cumplir ese sueño o meta.
Arleen: Es difícil señalar una parte específica del documental, pero por como inicia mi cortometraje, que es caminando por caminos difíciles y complicados, es una manera de expresar, tiene un doble significado: En la vida, en los proyectos hemos tenido caminos muy difíciles, pero también quería demostrar que bueno, tuvimos la dicha de que mi papá nunca fue machista, porque de haberlo sido no nos habría permitido caminar por esos caminos que de verdad son muy feos, en cuanto a que son complicados y peligrosos. Gracias a Dios mi papá no tuvo la mentalidad de decir: “Ah, no, usted por ser mujer ni piense en aprender a manejar o ir a medir café”. No, él nos enseñó que en cuanto a eso es algo muy parejo, sobre todo porque él mismo siempre estuvo rodeado de mujeres. Y queremos recalcar esa unión entre él, siendo hombre y todo, y tal vez ya con su experiencia, y unir la juventud y tal vez esos, ¿cómo lo digo? Lo detallista que suelen ser las mujeres en las cosas del café y el beneficiado, pudimos hacer una fusión de su experiencia con nuestra juventud, y formar algo muy bonito como familia.
María: Creo que una de las cosas que más nos causan sentimiento, y ha sido así desde que tenemos el micro beneficio, ha sido cuando está el camión con el café y cuando sale de nuestra casa. ¡Siempre lloramos! Todos los años es el mismo sentimiento, y es un sentimiento muy lindo, la verdad, porque en ese camión va el esfuerzo de muchos meses, y diay, años, también, porque en la plantación todo ese esfuerzo también de todos, y en cuanto a sacrificios, estaba hablando con Arleen de que a veces los pagos no son inmediatos, casi que cuando la gente tiene la economía más estable es porque nosotros, que somos los beneficiadores, es cuando estamos quebrados, porque los pagos tardan en hacerse, entonces también eso es un sacrificio porque es duro, el invierno es duro, y hay que aguantar.
Ericka: Retos, desafíos y obstáculos siempre vamos a encontrar en cualquier campo de la vida en que nos desarrollemos. Así que crear y salir adelante con un emprendimiento no escapa de esta realidad y aún más si le sumamos que somos mujeres, pueda que esos retos o desafíos sean más grandes; pero así de grande también debe ser nuestra convicción y deseo de lucha, si caemos nos levantamos. Como mujeres somos capaces de hacer grandes cosas solo que debemos buscar el espacio, el momento y la ayuda necesaria para lograrlo. No debemos dejar que la sociedad nos minimice.