La Asamblea Legislativa aprobó recientemente la
Ley de Cinematografía y Audiovisual, un hito para el desarrollo de la producción audiovisual en el país. Esta legislación busca no solo impulsar la creación de contenido costarricense, sino también consolidar una industria cultural sostenible, inclusiva y con proyección internacional.
Uno de los pilares fundamentales de esta ley es la
creación del Centro Costarricense de Cine y Audiovisual (CCCA), adscrito al Ministerio de Cultura y Juventud. El CCCA tendrá como misión fomentar el crecimiento del sector cinematográfico y audiovisual desde una perspectiva integral: desde la idea creativa hasta la exhibición de los proyectos.
La ley reconoce
la actividad cinematográfica como de interés público, siempre que no promueva odio, discriminación o violencia de género. Así, se promueve una cultura inclusiva y responsable en las narrativas audiovisuales.
Formación, financiamiento y oportunidades
A través del
Fondo para el Fomento Audiovisual y Cinematográfico (El Fauno), se destinarán recursos para apoyar cada etapa del proceso audiovisual, incluyendo la capacitación, la producción, la distribución, la exhibición y la conservación del patrimonio cinematográfico nacional. Este fondo también fomentará la creación de emprendimientos culturales y colaborará con entidades como el Ministerio de Economía y el Sistema Banca para el Desarrollo.
Uno de los aspectos más innovadores es la
cuota de equidad de género, que exige que al menos el 50% de los proyectos financiados sean dirigidos por mujeres y que los departamentos clave en cada producción estén liderados mayoritariamente por mujeres.
Una apuesta por la diversidad y la memoria cultural
La ley también da vida a la
Cinemateca Nacional, que no solo funcionará como archivo y centro de preservación, sino como espacio de formación, investigación y promoción de nuevas audiencias. Se tratará de un punto de encuentro entre la tradición audiovisual costarricense y las nuevas generaciones.
Con esta legislación, Costa Rica entra en una nueva etapa donde
el cine y el audiovisual se convierten en herramientas de desarrollo económico, cultural y educativo, posicionando al país como un actor relevante en el ecosistema de la economía naranja a nivel regional.