Con este repaso de sus películas, rendimos homenaje a uno de esos íconos de la historia del cine con quien, incluso en nuestros tiempos, todavía nos encontramos en deuda.
En Foco
Por: Jesse Zeledón / @jesse.sneaks / Crítico de cine y curador del Museomatógrafo I En 1969, la escena del séptimo…
Por: Jesse Zeledón / @jesse.sneaks / Crítico de cine y curador del Museomatógrafo I Una mujer corre a través de…
Hay algo en los ojos de Stanton Carlisle —interpretado por Bradley Cooper— que nos dice que su destino está sellado….
El relato gira alrededor de la amistad entre ‘Cookie’ y King-Lu, dos peregrinos que parecen no encajar en el hostil ambiente del condado de Oregón durante la época de la colonia.
Rashōmon es, dramaturgicamente hablando, una película sobre la redención. La historia es simple, quizá demasiado: un leñador comete un robo y después miente ante un tribunal para ocultarlo. Los eventos que presencia a continuación le hacen reflexionar sobre sus propias faltas morales; esto lo lleva a confesarse y a realizar una buena acción para redimirse de su errores.
Cuando pensamos en París, pensamos en la ciudad del amor, la moda y el arte, en los cafés al son de acordeones, en la torre Eiffel, Notre-Dame y el Louvre; y quizá no en las personas que comen de la basura y duermen en cartones a lo largo y ancho de la ciudad, ni en las innumerables carpas de refugiados bajo los puentes y en las plazas, y sin embargo allí están, y la película está comprometida en mostrarnos un París más oscuro.
El ritmo de El diablo entre las piernas es lento hasta el cansancio y, sumado a la excesiva duración de la película (2 horas y 27 min), a la involución de sus personajes y a la invariabilidad de la puesta en escena, es, francamente, una película difícil de aguantar.
Viaje a la luna es reconocida hoy como la primera película que contó una historia con planteamiento, nudo y desenlace y, casi 120 años después, todavía es un filme que vale la pena ver. No solo por su importancia histórica en el desarrollo del cine, sino, como bien lo planeó Georges Méliès, porque es una película que divertirá a su público.